Un impuesto indirecto es la cantidad de dinero o clase de impuesto recaudado por un agente económico que en general es una empresa que paga los impuesto al agente recaudador, repercute todo o buena parte del monto de ese impuesto en quien es el consumidor final (por ejemplo, aumentando el precio efectivo de venta).[1]
Este tipo de fiscalidad es bastante común, pues tiene sus ventajas:[2]
- Es más fácil y cómodo para recaudar, ya que hay menos centros de recaudación y pago fiscal que en el caso de un impuesto directo (los intermediarios concentran los montos fiscales recaudados de muchos contribuyentes).
- Los contribuyentes reales, que son los consumidores finales, tienen por lo general menos resistencia a pagar el impuesto que con el sistema directo, puesto que las cantidades a pagar se fraccionan en una serie de montos pequeños o medianos. Es por esta particularidad que los impuestos indirectos son con frecuencia llamados impuestos indoloros.[3]
Ejemplos :