Un brujo (en inglés: warlock) es un practicante masculino de la brujería.[1]
La palabra española "bruja" (en masculino, "brujo") es de etimología dudosa, posiblemente prerromana, del mismo origen que el portugués y gallego bruxa y el catalán bruixa. La primera aparición documentada de la palabra, en su forma bruxa, data de finales del siglo XIII.[2] En 1396 se encuentra la palabra broxa, en aragonés, en las Ordinaciones y paramientos de Barbastro. Carmelo Lisón Tolosana considera que el origen de la palabra puede encontrarse en el área pirenaica. En Gascuña y Béarn era también corriente el uso de una palabra etimológicamente relacionada, brouche. Debe tenerse en cuenta que en esta época el Languedoc y la Corona de Aragón eran áreas culturalmente muy relacionadas.[3]
Del término inglés warlock, la etimología más comúnmente aceptada deriva del inglés antiguo wǣrloga, que significaba "rompedor de juramentos" o "farsante"[4] y que se aplicó especialmente al diablo alrededor del año 1000.[5] En el escocés moderno temprano, la palabra pasó a utilizarse como equivalente masculino de bruja (que puede ser hombre o mujer, pero históricamente se ha utilizado predominantemente para las mujeres).[6][7][8] El término puede haberse asociado en Escocia a los brujos de género masculino debido a la idea de que habían hecho pactos con Auld Hornie (el diablo) y, por tanto, habían traicionado la fe cristiana y roto sus votos o juramentos bautismales.[9] A partir de este uso, la palabra pasó a la literatura romántica y, en última instancia, a la cultura popular del siglo XX. También se ha sugerido que proviene del nórdico antiguo varð-lokkur, "llamador de espíritus",[10][11][12] pero el Oxford English Dictionary lo considera poco plausible debido a la extrema rareza de la palabra nórdica y a que las formas sin -k dura, que concuerdan con la etimología del inglés antiguo ("traidor"), se atestiguan antes que las formas con -k.[13]
Aunque la mayoría de las víctimas de los juicios por brujería en la Escocia moderna eran mujeres, algunos hombres también fueron ejecutados por ser considerados brujos.[14][15][16]
En su época, el matemático John Napier fue considerado brujo o mago por su interés en la adivinación y las ciencias ocultas, aunque su sólida posición probablemente impidió que fuera procesado.[17][18]